Hay una historia, que cada vez que la recuerdo, me provoca una lágrima. Miento. Son más lágrimas. Y son muchas porque la historia es tan hermosa, tan perfecta que cuesta creer que tuvo fin. Y nadie la cuenta mejor que tu y nadie se atormenta tanto con ella como tú.
Pero me cuentas mas historias, y me pierdo en ellas, pensando que alguna de ellas sea la historia de mi vida. Pero yo quiero contar mi propia historia y volverla aún mas hermosa que la original: una nueva historia.
La niña bonita que logró ser feliz... Así la llamaría. Y al mismo tiempo tu escribes tu historia, igual de hermosa.