viernes, 8 de julio de 2011

Lucha.

¿Qué si quiero que luches por mi? Yo daba por perdida la batalla desde hace meses. Y de pronto me dices que no dejarás de luchar por mi hasta el final de tus días, que valgo lo suficiente como para que me olvides o estés con alguien más. Que no amarás a nadie tanto como a mi. Que ninguna persona te hace sentir como yo, porque yo soy TU persona que te hace y siempre te hará feliz mas que a nada.

No insinúo que me estés mintiendo, al contrario, valoro lo que me dices y la decisión con la que lo estas afrontando. Pero... ¿dónde quedo yo en esta decisión? ¿Qué hago mientras? Puedo seguir con mi vida, te lo aseguro, pero puede que llegue el día en que de pronto me digas: "estoy con alguien, dejé de luchar porque encontré a alguien que me hace feliz, espero no te moleste". No me molestará, me alegrará que puedas ser feliz de otra manera. Ahora, que pasaría si yo llegara y te dijera mientras estas en tu lucha: "estoy con alguien, me hace feliz y quiero pasar el resto de mis días con él". Te destrozaría, no me lo niegues porque te conozco. Y yo no podría perdonarme el hecho de lastimarte. Aún no me lo perdono. Y ese dolor, no te lo mereces.

Pero me contestas que si yo conociera a alguien más es porque tu no habrías luchado bien... ¡Ese complejo de  atormentarte por todo, de sentirte culpable por todo! Pero bueno, te deseo suerte y éxito en tu lucha, y si llegara a resultar ganada, será únicamente porque mi felicidad será plena. Si la pierdes... bueno, creo que también encontrariamos la felicidad ambos, con otras personas, en otros momentos, lejos de nosotros.

Te quiero, lo sabes.

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